Luis Carlos Ochoa y la música colombiana del siglo XX

0
891

Ha sido uno de los exponentes más sobresalientes de la música tropical colombiana, éxito que también ha logrado con la salsa y con la música del Pacífico colombiano

Hansel Mera | New York Hispano | Colaborador

He tenido el privilegio de entrevistar en varios episodios al maestro Luis Carlos Ochoa. Mediante palabras, gestos y tonadas narra buena parte de su vida en el mundo de la música tropical y salsa colombiana: instrumentos, orquestas, agrupaciones, momentos, ritmos y logros de la diáspora de sus discípulos se entrelazan en un ejercicio de historia cultural que espera ser llevado pronto al mundo audiovisual. Mientras tanto, su reciente nominación como Doctor Honoris Causa en Interpretación Musical por la Institución Universitaria de Bellas Artes del Valle del Cauca es un reconocimiento que alegra y atrapa a los apasionados de la música colombiana del siglo XX.

Entre varias secciones de grabación Luis Carlos Ochoa me preguntaba por “a la playa”, una de sus composiciones grabadas en 1973 en Guayaquil (Ecuador), cuando integró junto a Olmedo Ramírez y Gustavo Toro, Los Cumbiamberos del Valle, visitando clubes, emisoras y casas de grabación. El viejo sencillo rojo editado por ONIX suena repentinamente en una vitrola portátil y, desde el más íntimo de los silencios, él escucha aquello que desde hace 50 años no encontraba: “a bailar cumbé / los negros se van / botellas de ron / se van con tambor / pa’ la playa van / marcando muy bien / con palmas con gritos / su alegre vaivén”.

La anécdota puede ser sintomática del desconocimiento que tenemos sobre la producción musical colombiana, mucha de ella hecha en el país desde mediados del siglo XX gracias a la labor de sellos como Fuentes, Ondina, Victoria, etc. Y también nos recuerda el papel fundamental de la música tropical dentro de circuitos culturales internacionales, como cuando los Corraleros de Majagual graban en 1968 un álbum por su visita a Nueva York, editado por Discos Fuentes, cuya primera canción dice así: “Llegaron los corraleros a Nueva York / Y todo aquello fue un triunfo gracias a Dios / Fue un gran éxito completo nuestra actuación / Club Manhattan Center y Televisión”.

Lee también:  Con estatua monumental Barranquilla celebra cumpleaños de Sofía Vergara

Imagen 1: Portada Los Corraleros de Majagual en Nueva York, 1968

Fuente: https://www.nts.live/artists/75563-los-corraleros-de-majagual

La saga local, regional e internacional de la música tropical colombiana es una bella y compleja historia que hasta hace unos años solía permanecer recubierta con cierto hálito vergonzante, pero que, entre otras iniciativas, ha sido rescatada por musicólogos como Juan Sebastián Ochoa, fundamentalmente en el libro Sonido Sabanero y Sonido Paisa: la producción de música tropical en Medellín durante los años sesenta (2018).

Y no es desventurado creer que la música tropical creó un mercado cultural en el cual muchos músicos pudieron encontrar condiciones para profesionalizar lentamente su oficio, como trabajadores de la cultura, en ocasiones agremiados, como lo refleja una postal enviada desde la ciudad alemana de Stuttgart, fechada el 15 de marzo de 1975, en la que Ochoa saludaba a los “Compañeros de la Sociedad Musical del Valle”, hasta escribir: “desde estas lejanas tierras estoy anhelando siempre que la unidad sólida y el compañerismo sincero serán nuestra bandera de lucha (…) comprendido que solo la organización, o mejor, la lucha organizada por nuestros ideales, nos llevará al logro de nuestros objetivos comunes de nuestro gremio”.

En Cali, ya durante la década de 1960, Luis Carlos Ochoa estudia en una Escuela Normal, donde forma El Son de la Normal, y luego vuelve como miembro del magisterio para enseñar música en ese crisol cultural del barrio Obrero. A mediados de la década de 1970 fundó La Gran Banda Caleña, idea que forjó junto al saxofonista alto Álvaro Hoyos, para luego integrar a Jorge Solís, Tirso Martínez, Manuel Bravo, Gerardo Reyes, interpretando piezas de música tropical colombiana, junto a mambos, boleros y pasodobles y salsa.

Lee también:  Gobierno busca construir cinco megacentros de detención para migrantes

Orquesta La Gran Banda Caleña, Luis Carlos Ochoa, tercero de izquierda a derecha, 1985

Fuente: Patrimonio Fílmico y Fotográfico del Valle del Cauca

La Gran Banda Caleña fue la expresión de un ejercicio de apropiación creativa desde ese microcosmos musical tropical, del legado de Ritchie Ray, Bobby Cruz y Johnny Pacheco y tantos más. Son varias las canciones de la Gran Banda Colombiana que han quedado en la memoria cultural colectiva que se revive en temporadas decembrinas y con mucha más fuerza sobre todo por aquellos que viven esos faustos como miembros de una comunidad hispanoamericana de migrantes en los Estados Unidos de América, España, Chile o Australia. Para muestra,  este aparte de la letra compuesta por Ochoa en 1982 e interpretada por la Gran banda Caleña: “Esto es un paseíto de mi gente del valle / Bien sabrosito, uy, uy / Un paseíto bien sabrosito, caray / Así te quiero yo, con el más puro amor / Con el más puro amor, así te quiero yo / Así te quiero yo, con el más puro amor / Eso siente por ti mi sincero corazón / También dudas de mí, quizás tenga razón / Porque a ti te pagaron, te han pagado con traición”.

Por supuesto, Luis Carlos Ochoa ha sido uno de los exponentes más sobresalientes de la música tropical colombiana, pero también eso lo ha logrado con la salsa y con la música del Pacífico colombiano, incluso desde su faceta de maestro formador de niños y jóvenes que desde finales de la década de 1980 han participado en distintas iniciativas musicales a lo largo del Valle del Cauca, Colombia y el mar allende de destinos propios de los intercambios musicales tan latentes en ciudades como París, La Habana, Nueva York.

Lee también:  Colombia reafirma la protección del chigüiro

La biografía y los productos culturales que lega el maestro Ochoa de seguro ocuparán por muchos años a músicos, melómanos, científicos sociales o simples atentos escuchas de turno. Y  está muy bien que sea así.

Felicidades al maestro y doctor. Es todo.

Luis Carlos Ochoa

Fuente: cedida por Luis Carlos Ochoa.

Publicado el 03 de Julio, 2025

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. 2025.
PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE CUALQUIER MATERIAL DE ESTE PERIÓDICO SIN LA AUTORIZACIÓN EXPRESA Y ESCRITA DE LA EMPRESA EDITORA.