Congresistas presentan proyecto migratorio Dignidad

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Lawler, Salazar y Escobar aseguran que con esta propuesta legislativa bipartidista reparar el sistema fallido de inmigración en EEUU

La congresista María Elvira Salazar, de Florida es una de las autoras del proyecto de ley de inmigración Dignidad. Foto ES

Sala de Redacción | New York Hispano

Washington DC

Los congresistas Mike Lawler (NY-17), María Elvira Salazar (FL-27) y Verónica Escobar (TX-16) presentaron el martes una versión nueva y mejorada de la Ley de Dignidad: la Ley de Dignidad de 2025, que según sus autores “es un proyecto de ley de reforma migratoria audaz, histórico y con sentido común”. La ley también otorgaría protección temporal a trabajadores que ingresaron de forma irregular al país antes del 2021.

Durante una conferencia de prensa en el Capitolio, explicaron que para este proyecto se han unido 20 congresistas: David Valadao (CA-22), Dan Newhouse (WA-04), Mike Kelly (PA-16), Brian Fitzpatrick (PA-01), Gabe Evans (CO-08), Marlin Stutzman (IN-03), Don Bacon (NE-02), Young Kim (CA-04), Adriano Espaillat (NY-13), Hillary Scholten (MI-03), Susie Lee (NV-03), Adam Gray (CA-13), Salud Carbajal (CA-24), Mike Levin (CA-49), Nikki Budzinski (IL-13), Laura Gillen (NY-04) y Jake Auchincloss (MA-04).

“En conversaciones en el distrito NY-17, he escuchado mucha frustración, tanto de empleadores que luchan por cubrir puestos como de familias que buscan reunirse con sus seres queridos”, dijo el congresista Lawler.

Lawler, explicó que “debemos lograrlo reparando nuestro deficiente sistema de inmigración legal, asegurando nuestras fronteras y creando un proceso justo y merecido para quienes ya están aquí y contribuyendo. La Ley de Dignidad honra el legado de Estados Unidos como una nación de inmigrantes, y por eso me enorgullece apoyarla”.

Por su parte la congresista Maria Elvira Salazar, dijo que “la Ley de Dignidad de 2025 es un proyecto de ley revolucionario que ofrece la solución a nuestra crisis migratoria: asegurar la frontera, detener la inmigración ilegal y brindar una oportunidad merecida para que los inmigrantes de larga data se queden aquí y trabajen”, dijo la congresista Salazar. “Sin amnistía. Sin ayudas. Sin ciudadanía. Solo rendición de cuentas y un camino hacia la estabilidad de nuestra economía y nuestro futuro”.

A diferencia de iniciativas anteriores, la Ley de Dignidad se financia íntegramente mediante pagos de restitución y cuotas de solicitud cobradas a los inmigrantes, sin necesidad de dinero de los contribuyentes.

“Ya es hora de que el Congreso impulse una reforma migratoria razonable que restablezca el orden público, ponga fin a la inmigración ilegal y brinde a los inmigrantes indocumentados —que cumplen ciertos requisitos— la oportunidad de vivir y trabajar aquí legalmente”, declaró el congresista Valadao. “La reforma migratoria ha sido durante mucho tiempo una de mis principales prioridades, y me enorgullece liderar este esfuerzo bipartidista para asegurar nuestra frontera, mejorar nuestro sistema migratorio y fortalecer nuestra economía”.

“Como nieto de inmigrantes mexicanos y expolicía y soldado, he visto de primera mano la importancia de una frontera segura y un sistema migratorio justo”, dijo el congresista Evans.

Con el creciente apoyo bipartidista y el respaldo de grupos de inmigración, líderes religiosos, empresas, el sector agrícola, educadores y líderes comunitarios, la Ley de Dignidad presenta la oportunidad más sólida y viable en años para lograr una reforma migratoria significativa y duradera, explica el congresista Lawler.

La legislación reconoce una verdad clave: la mayoría de las personas indocumentadas no buscan la ciudadanía a toda costa, sino la dignidad de vivir y trabajar legalmente, contribuir a la sociedad, pagar impuestos, estar a salvo de la deportación y viajar para ver a sus familiares durante las fiestas.

Según explicaron los congresistas autores de esta propuesta legislativa, “al mismo tiempo, la Ley de Dignidad deja claro que esta será la solución definitiva, ya que es necesario implementar una verdadera seguridad y control fronterizo para prevenir futuras crisis”.

¿Por qué ahora?

La crisis migratoria ya no se limita a las ciudades fronterizas. Desde los recientes disturbios en Los Ángeles hasta las comunidades desbordadas en todo el país, las consecuencias de un sistema fallido se están desplegando a plena vista. Millones de personas viven en la sombra, nuestra economía sufre escasez de mano de obra y la frontera sigue siendo un foco de preocupación nacional.

Durante demasiado tiempo, el Congreso ha inactivo, dejando a las comunidades, las fuerzas del orden y los inmigrantes atrapados en un sistema que no funciona.

La Ley de Dignidad ofrece una solución real: asegurar la frontera y brindar a los inmigrantes indocumentados que cumplen condiciones estrictas la oportunidad de vivir y trabajar legalmente, con dignidad y responsabilidad.

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Disposiciones clave de la Ley de Dignidad incluyen:

Seguridad Fronteriza: Financiamiento completo de infraestructura fronteriza moderna y su control.

Verificación electrónica obligatoria: Previene la contratación ilegal y protege los empleos estadounidenses.

Reforma del Asilo: Elimina la práctica de la captura y liberación, y garantiza resultados oportunos y creíbles.

Protección para los Dreamers: Otorga estatus legal y una vía para obtener la residencia permanente.

El Programa de Dignidad: Un programa de estatus legal ganado de 7 años que permite a los inmigrantes indocumentados vivir y trabajar legalmente, con estatus renovable basado en buena conducta y restitución.

Desarrollo de la Fuerza Laboral: Amplía la capacitación, los aprendizajes y la educación para los trabajadores estadounidenses.

Reforma de la Inmigración Legal: Actualiza las categorías de visas para alinearlas con las necesidades económicas del siglo XXI.

Publicado el 17 de Julio, 2025

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